Después de su accidente de esquí que puso en peligro su vida en 2013, la vida de la leyenda de la Fórmula Uno Michael Schumacher ha cambiado enormemente a lo largo de los años. Desde entonces, los detalles sobre su estado de salud se han mantenido confidenciales. En el pasado se informó que Schumacher reside en Suiza. Sin embargo, los medios europeos informaron recientemente que Schumacher hizo su primera aparición pública en más de una década, después de haber asistido a la boda de su hija Gina esta semana.
La ceremonia tuvo lugar en una villa en Mallorca, España. El informe también agregó que a los invitados no se les permitió tomar fotografías del lugar.
Elisabetta Gregoraci, esposa del actual supervisor del equipo Alpine F1, Flavio Briatore, ha hecho una desgarradora revelación sobre cómo se comunica Schumacher.
«Michael no habla, se comunica con los ojos. Sólo tres personas pueden visitarlo y sé quiénes son. Se mudaron a España y su esposa instaló un hospital en esa casa», dijo Gregoraci en un reality show italiano. ‘Grande Fratello’, citado por Express.es.
Según informan los medios locales, la esposa de Schumacher, Corinna, compró la villa de lujo al presidente del Real Madrid, Florentino Pérez.
Hace unos meses, el ex campeón del mundo Sebastian Vettel, cercano a Schumacher y su familia, reveló recientemente que la leyenda de la F1 «no está bien».
El abogado de Schumacher, Felix Damm, sin embargo, ha revelado que la familia del expiloto de F1 ha decidido no hacer público su informe final de salud por motivos de privacidad.
«Siempre se trató de proteger las cosas privadas. Consideramos si un informe final sobre la salud de Michael podría ser la forma correcta de hacerlo», dijo Damm al medio de comunicación alemán LTO, citado por SI.com.
Damm también afirmó que la familia de Schumacher habría estado bajo presión de los medios para publicar actualizaciones de salud oportunas si hubieran publicado el informe de salud final.
«Pero ese no habría sido el final y habrían tenido que haber ‘informes sobre el nivel del agua’ constantemente actualizados y no habría dependido de la familia cuando el interés de los medios en la historia se detuviera».
«Ellos (los medios de comunicación) podrían retomar un informe así una y otra vez y decir ‘¿y cómo se ve ahora?’ uno, dos, tres meses o años después del mensaje», añadió. «Si luego quisiéramos tomar medidas contra esta información, tendríamos que lidiar con el argumento de la divulgación voluntaria», añadió.
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